LA EMPRESA VIVIENTE
En
el mundo de las Instituciones, las corporaciones comerciales son recientes. Han
existido por 500 años. Lo que representa una pequeña parte en el curso de la
civilización humana, producto de la abundancia material, han alcanzado un gran
éxito. Han mantenido a la población del mundo con los bienes y servicios que
han hecho posible la civilización.
Si pudiéramos ver realmente a las corporaciones comerciales, veríamos que
estas se encuentran sobrevaluadas. Se encuentran en una escena de evolución,
debido a que desarrollan y explotan únicamente una pequeña fracción de su
potencial. Considerando el elevado grado de mortalidad en las mismas en 1983,
llegaron a 500 compañías las que fueron compradas o quebraron prematuramente,
o se asociaron con otras empresas. Como sabemos muchas de estas muertes fueron
prematuras, por que hemos estudiado la longevidad de importantes corporaciones.
Sumitomo, de Japón, tiene sus orígenes en una tienda de cobre fundada por
Riemon Soga en 1590. La empresa Swedish Company Stura actualmente productora de
papel, pulpa y productos químicos, tuvo sus inicios como una explotadora de
mina de cobre en Suecia, hace más de 700 años. Ejemplos como los anteriores
nos hacen pensar que el tiempo natural de vida de las corporaciones podría ser
de dos o tres siglos (o más). Los resultados estadísticos son decepcionantes,
la brecha entre la edad de Sumitomo y la vida fugaz de las corporaciones
promedio, representa un desperdicio de su potencial. Los individuos, las
comunidades y las economías son afectadas -hasta devastadas- por la muerte
prematura de las corporaciones.
El alto grado de mortalidad parece anormal, si lo comparamos con los seres
vivientes; no existe alguno que padezca de tal discrepancia entre el límite máximo
de vida esperado y el lapso promedio de realización. ¿Por qué tantas
corporaciones mueren jóvenes?. Muchas evidencias indican que las empresas
fracasan por que sus políticas y prácticas están basadas en el pensamiento y
lenguaje de la economía. Dicho de otra manera, las empresas mueren porque sus
directores se enfocan exclusivamente a producir bienes y servicios y se olvidan
que la organización es una comunidad de seres humanos que se encuentran en el
negocio - cualquier negocio- para mantenerse vivos. Los directores se
"comprometen" con los factores económicos (tierra, capital y trabajo)
pasando por alto el factor trabajo que significa gente.
¿Qué tienen de especial las compañías longevas? (toda familia feliz se
parece una a otra). Tolstoy escribió en Ana Karenina "...pero cada familia
infeliz, es feliz a su manera...". Lo que he llamado empresas vivientes
tienen personalidad propia que permite su desenvolvimiento armoniosamente, saben
quienes son, su posición en el mercado, valoran las nuevas ideas de las
personas, y mantienen su dinero de manera que les permita gobernar su futuro.
Esos rasgos de personalidad manifiestan un comportamiento diseñado para renovar
a la empresa por muchas generaciones. Por lo anterior, podemos decir que las
empresas, las empresas vivientes, producen bienes y servicios para ganar y
mantenerse en la misma forma que nosotros lo hacemos al tener un trabajo para
poder vivir nuestras vidas.
Antes de discutir las características de una empresa viviente a detalle,
veremos algunos antecedentes. En 1983 un grupo en Shell se propuso estudiar
acerca de la sobrevivencia de las empresas a largo plazo, investigando a las
empresas más viejas que ella misma. Shell tenía 100 años en ese entonces; se
buscaron compañías que todavía existieran en el último cuarto del siglo
diecinueve, que fueran importantes dentro de la industria, y que todavía
tuvieran una fuerte identidad corporativa.
En el estudio se encontraron 30 empresas ubicadas en Norte América, Europa y
Japón. Estas empresas tenían entre 100 y 700 años de edad. De ellas, 27 se
encontraban razonablemente bien documentadas; dentro del grupo se encontraban Du
Pont, Grace, Kodak, Mitsui, Sumitomo y Siemens. Los documentos de la historia de
la empresa se constituían principalmente por libros de felicitaciones propias y
artículos escritos por personal de la compañía acerca de las virtudes del
ejecutivo en jefe. Este tipo de información no es siempre confiable. Sin
embargo, creemos que esas historias nos proporcionan datos valiosos para el
estudio ha realizar.
La primera cosa aprendida es que el promedio de vida de las corporaciones es
más corto que su potencial de vida. Nosotros tenemos un estudio de la lista de
Fortune 500, y obtuvimos datos que confirmaban los registros en América del
Norte, Europa y Japón. En la mayoría de esos lugares, la ley requiere de la
fecha de nacimiento y muerte de las empresas al ser registradas, con lo cual
obtuvimos un cálculo del promedio de vida de las empresas, que se encuentra
entre los 20 años. Únicamente las grandes empresas dentro de algunas que
estudiamos, comenzaron a expanderse después de haber superado la etapa de la
infancia - etapa en la cual el porcentaje de mortalidad es extremadamente alto-
y continuaron para vivir en un promedio entre los 20 y 30 años.
Al parecer las corporaciones son una especie con una expectativa de vida máxima
de 100 años, pero con un promedio de vida de menos de 50 años. Si estas
especies fueran Homo Sapiens, podríamos afirmar que viven en la época del
Neandertal, en la cual no se habían dado cuenta de su potencial de vida. Tenían
un promedio de vida de 30 años aproximadamente, pero biológicamente hablando,
la especie humana tiene un máximo de esperanza de vida de 100 años o más. Esa
brecha de longevidad, es muy similar a la que encontramos entre las empresas de
corta y larga vida.
La segunda observación del estudio de Shell, es que las empresas vivientes
son muy buenas en cuanto a la dirección del cambio. Stora es el ejemplo más
representativo del estudio, ya que sobrevivió a la Edad Media, la Reforma, las
guerras de 1600, la Revolución Industrial y las dos Guerras Mundiales del Siglo
XX. Casi toda su vida ha dependido de corredores (mensajeros), jinetes y barcos
anteriormente, en lugar de teléfonos, aeroplanos y redes electrónicas para
mandar mensajes. El portafolios de negocio de Stora ha sido muy cambiante, del
cobre a la explotación forestal, de fundición de acero a hidropower y
eventualmente se encuentra produciendo papel, pulpa y productos químicos. Su
producción y tecnología ha cambiado a través del tiempo, de vapor a combustión
interna, a electricidad, y a microchips. Y Stora continúa adaptándose al mundo
del cambio continuo.
¿Qué tienen en común las empresas exitosas?.
En las 27 empresas estudiadas sobrevivientes, se encontraron cuatro factores
de personalidad que pueden explicar su longevidad.
a) Financiamiento conservador. Las compañías no arriesgan su capital
gratuitamente, comprenden el significado del dinero de manera antigua, conocen
la utilidad de tener reservas de efectivo en un fondo común, lo que permitirá
aprovechar oportunidades cuando sus competidores no pueden. No tienen que
convencer a terceros para el financiamiento de sus proyectos, el fondo común
les permite controlar su crecimiento y evolución.
b) Sensibilidad del mundo que los rodea. Una vez formadas sus fortunas en el
conocimiento de las innovaciones tecnológicas y el acceso a recursos naturales
con los que se cuenten; las empresas vivientes están expuestas a adaptarse a
cambios del medio ambiente como por ejemplo guerras, depresiones, cambios tecnológicos,
inestabilidad política; deben buscar siempre mantener sus antenas fuera, para
estar actualizados de todo lo que pasa en el medio ambiente. Deben ser listas
para adaptarse y aprender.
c) Conciencia de su identidad. No importa que tan diferentes son las
empresas, sus empleados deben de sentirse parte de un todo. Lord Cole,
presidente de Unilever en 1960, vio a la compañía como una flota de barcos,
cada barco es independiente pero pertenece a una organización y la identificación
de sus logros es a veces rechazada sutilmente. Pero en los casos estudiados se
muestra repetidamente que el sentimiento de comunidad es esencial para una larga
sobrevivencia. Los directores en las empresas que estudiamos, fueron escogidos
desde dentro, y todos consideraron ser servidores de una empresa de larga duración.
Su prioridad es mantener a la institución tan sana como la recibieron.
d) Tolerancia a las nuevas ideas. Las empresas de larga vida en nuestro
estudio toleran actitudes al margen: experimentos y excentricidades que se
ajustan a su entendimiento. Reconocen que las innovaciones en los negocios
tienen que estar completamente sin relación con los negocios existentes, y que
el acto de inicio de un negocio (nuevo) no necesita forzosamente un control
central. W. R. Grace desde el principio enfrentó un experimento autónomo; la
compañía fue fundada en 1854 por un importante inglés en Perú
comercializando guano antes de cambiarse a azúcar y estaño. Posteriormente,
estableció la compañía Pan American Airways. Hoy en día es una industria química
líder en diálisis de riñón en los Estados Unidos de América.
Por definición una empresa que sobrevive por más de un siglo existe en un
mundo que no puede esperar controlar. Las empresas multinacionales funcionan
de manera similar en ese sentido; el mundo de estas es muy grande y ajustable
a diferentes culturas. Ese mundo es, en sí mismo, menos estable y más difícil
de influir que en un reducido hábitat nacional. Las multinacionales, como
empresas resistentes, deben estar dispuestas a cambiar en pro de tener éxito.
Estos 4 puntos de las características esenciales de las empresas que han
funcionado exitosamente por cientos de años, nos proporcionan esta personalidad
básica. ¿Qué prioridades hacen a los directores de las empresas vivientes
estar empeñados en hacer algo por sí mismos y por sus empleados?. El director
de una empresa viviente, comprende que mantener a la empresa viva significa
mantenerla bien para los cambios o sucesores que vengan, mantenerla en la misma
condición saludable como cuando la recibieron. Para esto, el director debe
permitir el crecimiento de la gente como parte de una comunidad que se mantiene
viva por valores claros. El director por lo tanto debe fomentar en su personal
un compromiso antes de una posesión, respeto por la innovación antes de la
devoción a las políticas, la voluntad de aprender antes que procedimientos
ordenados, y la perpetuación de la comunidad antes que todo lo demás.
Valorar a las personas, no a los activos.
Esta inversión tradicional de prioridades de los directores esta sustentada
por un sorprendente descubrimiento en nuestro estudio: cada una de las 27
empresas de larga duración cambiaron sus portafolios de negocios completamente
por lo menos una vez. Du Pont, que tiene aproximadamente 200 años de vida,
empezó como una compañía productora de pólvora, en 1920 era el principal
accionista de General Motors, y ahora es especialista en productos químicos.
Mitsui, que tiene alrededor de 300 años, comenzó como una tienda de pañales,
se convirtió en un banco, en una empresa de extracción de minerales y por último
al final del Siglo XIX en una manufacturera.
Esto indica que algunas empresas están dispuestas a barrer sus fondos para
sobrevivir; para ellas sus activos - y ganancias- son como el oxígeno;
necesarios para vivir, pero no es el propósito de su vida. Estas compañías
sabían que los activos son solamente el medio para ganarse la vida. Una empresa
camina de acuerdo diferentes modelos de adaptación de las personas para salvar
plantas y equipos que consideran la esencia de su principio. Si una sola compañía
estuviera en el negocio de renta de autos hoy, por ejemplo, se vería así misma
como si existiera para rentar autos. La flotilla de la empresa sería
considerada como su activo más importante, y su propósito sería obtener
ganancias para sus accionistas, si esta empresa se viera en problemas lo primero
de lo que se desharía sería de su personal.
Soltar la dirección y el control
Si las empresas de larga vida saludables sobreviven a través de generaciones
requieren de buena voluntad para cambiar el portafolios de negocios, los
directores deben hacer caso de las opiniones y prácticas de experiencias de
otras personas, la organización debe darle a las personas el espacio para
desarrollar ideas. Deben tener libertad por parte del control, la dirección y
del castigo por fracasar.
En otras palabras los directores deben de tener tolerancia en la práctica de
tomar riesgos con personas y buscar en nuevos lugares ideas frescas. Tal vez la
mejor manera de ilustrar esto es a través de una metáfora de las rosas.
Si eres un jardinero, cada primavera deberás decidir como vas a cultivar
tus rosas: tienes la opción de elegir entre rosas fuertes o rosas largas.
Cultivar fuertes, significa que tienes que seleccionar tres de las plantas con
los tallos más fuertes, las cortarás dejando únicamente tres o cuatro retoños
en crecimiento. Esto hace que la planta encamine todos sus recursos en un
relativamente pequeño número de brotes en crecimiento. ¿Por qué podar las
rosas así?. Porque, de esta manera obtendrás las rosas más grandes del
vecindario en junio.
Yo elegiría cultivar por lo largo ya que por fuerza es muy riesgoso. Donde
yo vivo lo peor puede pasarles a mis rosas; vivo en una colina, donde las
noches son heladas en abril y mayo, además son comunes los ciervos que vagan
libremente en la colina y adoran comer retoños de rosas. Si decidiera
cultivar rosas fuertes probablemente no tendré rosas, entonces cultivo por lo
largo, dejo 5 o 7 tallos en cada planta y en cada uno dejo 5 o 7 retoños en
crecimiento. como resultado la planta puede repartir sus recursos en muchos
retoños. Nunca voy a tener las rosas más grandes del vecindario, pero yo
tendré rosas cada junio.
Y llega a pasar, que cuando cultivas por lo largo por muchos años te
llevas sorpresas. En 2 o 3 años algunos tallos han crecido más fuertes y han
empezado a producir brotes, mismos que deberás reforzar (alentar). una política
tolerante de cultivo gradualmente renueva el portafolio de rosas.
Esta metáfora ayuda a resolver uno de los dilemas modernos de la dirección:
como diversificar sin enfrentarse al desastre. Una política de tolerancia
permite a la rosa y al medio ambiente comprometerse el uno con el otro
continuamente sin poner en peligro la capacidad de la rosa para crecer.
Organizar para aprender
Hay momentos en los que el know-how de la empresa, las líneas de negocio, y
las relaciones de trabajo están en armonía con el mundo que los rodea. Las
situaciones del negocios son familiares, la empresa esta bien organizada y los
empleados están enterados y preparados. Durante este tiempo los directores no
necesitan desarrollar ni implementar nuevas ideas, su trabajo es asignar
recursos para promover el crecimiento y desarrollo, canalizando capital y gente
a las partes de las organizaciones mejor posicionadas para beneficiarse del
actual estado de oportunidades. Estas partes de la organización se convierten
entonces en grandes, con mejor estabilidad y mayor poder.
Pero cuando la compañía está bien organizada por sí misma, las
circunstancias del medio ambiente pueden variar. Nuevas tecnologías se
presentan en escena, cambios en el mercado, gustos de los consumidores, etc. y
la empresa debe entrar en una nueva fase de vida. Para mantenerse en sintonía
con el medio ambiente, tiene que estar dispuesto para alterar su organización
(cómo y dónde produce). Y una vez que se ha adaptado al nuevo ambiente, no
falta mucho tiempo para que la organización que se solía ser tenga que
evolucionar. Esta es la esencia de aprender.
¿Cómo una organización - tan distinta a un individuo- aprende?
Los pájaros nos pueden ayudar a contestar esta pregunta. Consideremos el
trabajo de Allan Wilson, fallecido profesor de bioquímica y biología molecular
en la Universidad de California en Berkeley.
De acuerdo con la hipótesis de Wilson, gran número de especies puede
perfeccionar su habilidad de explotar las oportunidades de su medio ambiente.
Tres condiciones son necesarias:
1. Los miembros de las especies deben tener y usar la habilidad para
moverse, y deben unirse en grupos antes de ir solos en territorios desolados,
2. Algunos individuos deberán tener el potencial para inventar nuevas
conductas (destrezas),
3. Las especies deben tener un proceso de estabilización para transmitir
una destreza individual a una comunidad entera, no genéticamente sino a través
de comunicación directa.
La presencia de estas tres condiciones de acuerdo con Wilson, podría
acelerar el aprendizaje en las especies como un todo incrementando su habilidad
para adaptarse rápidamente a cambios fundamentales en el medio ambiente.
Para probar esta hipótesis, Wilson realizó un informe documentado de la
conducta del Titmice y el Petirrojo en Gran Bretaña. Al final del siglo XIX los
lecheros dejaban abiertos los botes de leche fuera de las casas. Una crema se
formaba en la superficie de la leche. Dos pájaros el Titmice y el Petirrojo
comenzaron a comer dicha crema. En 1930, los británicos pusieron sellos de
aluminio en las botellas de leche, y ¿Qué fue lo que pasó? Para los años
50’s la población de un millón de Titmice aprendieron a perforar los sellos.
Los Petirrojos nunca adquirieron esa conducta.
¿Por qué el Titimice ganó ventaja en la competencia entre especies?.
Recuerde que Wilson identificó las condiciones necesarias para el aprendizaje
en una población: numerosos individuos móviles, algunos de los cuales son
innovadores, y un sistema social que difunda la innovación. Los Petirrojos
carecieron de un sistema social. Por supuesto, los Petirrojos cantan, tienen
color y son móviles, ellos pueden comunicarse. Pero ellos son fundamentalmente,
pájaros territoriales. Cuatro o cinco Petirrojos viven en mi jardín, y cada
uno tiene su pequeño y propio territorio, hay mucha comunicación entre ellos,
pero usualmente lo que se dicen es: fuera de aquí. Los Titmice también aman mi
jardín. Ellos viven en parejas en mayo y junio, y para julio vuelan en parvadas
de 8, 10 y 12. Ellos vuelan de un jardín a otro, juegan y comen.
Los pájaros que se agrupan aprenden más rápido. Igual las organizaciones
que alientan la conducta de agrupamiento. Cualquier organización con cientos de
empleados avanzará para tener por lo menos una pareja de parejas lo
suficientemente curiosas para hurgar en nuevos lugares como el Titimice,
buscando y encontrando la crema. Pero tener puñados de algunos innovadores no
es suficiente para asegurar el aprendizaje Institucional. La organización debe
alentar a esas personas para interactuar con otros. Trabajos sobre zorrillos
ejemplifican este fenómeno.
El desarrollo de programas directivos son una excelente oportunidad para
agruparse. Shell, por ejemplo, gasta cerca de 2,400.00 dólares por empleado
cada año en entrenamiento que ayude a los empleados a avanzar en sus campos,
moverse en nuevos esfuerzos y desarrollar nuevas habilidades. Aún más, la
mayoría del entrenamiento es para la colaboración. Es muy importante para los
equipos dispersar a las personas para recibir entrenamiento intensivo en
intervalos irregulares. Tal experiencia ayuda a divulgar el conocimiento a través
de la organización y unir a personas de diferentes culturas, profesiones y
disciplinas académicas. El entrenamiento es intensivo, el curso contempla casi
siempre relaciones subsecuentes;
"No fue tanto lo que aprendí en las sesiones, como lo que
yo adquirí de mis colegas durante los recesos, eso fue importante".
Formar a la comunidad humana
Los directores deben decidir como posicionar el elemento humano
en sus empresas, elegir en producir riqueza para un círculo interno de
directores e inversionistas, o desarrollar una organización que sea una
comunidad. La elección que hagan juega un papel determinante para que la
empresa sobreviva a sus fundadores.
Los directores que quieren construir una organización que
sobreviva muchas generaciones ponen más atención al desarrollo de los
empleados sobre todas las demás consideraciones. Ellos dan prioridad a
preguntas como: ¿De que manera podemos organizarnos para continuar de generación
en generación?
En las organizaciones en las que los beneficios se acumulan sólo
en algunas personas, todos los demás son ajenos, no son miembros reales. De
acuerdo a lo que subraya su contrato con la empresa, estos extraños negocian su
tiempo y experiencia por dinero. Como evidencia ampliamente la ciencia de la
conducta organizacional, este tipo de contrato no inspira a las personas para
dar todo o para sentirse leales a las empresas o a sus directores.
Los reclutados entienden que deben trabajar con la idea de que
saldrán eventualmente de la empresa. Las sucesiones en estas empresas son difíciles
y costosas. Las continuidad de la empresa por más generaciones no está
asegurada.
Para mi, una compañía cuyo propósito es producir ganancias
para pocas personas es como un charco de agua de lluvia - una colección de
gotas de lluvia- que se unen en una cavidad. Las gotas se quedan en el fondo,
cuando llueve, más gotas se agregan al charco, se llena y se derrama mojando la
tierra alrededor de él, pero las gotas originales quedan en la mitad.
El estancamiento puede conducir a la vulnerabilidad. Los charcos
de agua no pueden sobrevivir al calor, cuando el sol sale y la temperatura sube,
el charco comienza a evaporarse. Aún las gotas en el centro están en peligro
de evaporarse.
La empresa que se propone sobrevivir es más como un río. A
diferencia del charco, la rivera es permanente dentro de un paisaje. Con la
lluvia se crea oleaje, hace sol y se reduce, pero toma largas y severas sequías
para que un río desaparezca. Desde el punto de vista de las gotas de lluvia, el
río es un poco turbulento, ninguna gota permanece en el centro por mucho
tiempo. De un momento a otro el agua en parte del río cambia.
Nuevas gotas de agua superan a las viejas, y todas continúan
integrándose. El río dura muchas veces más que las gotas individuales que lo
comprenden. El río es una comunidad que se autoperpetúa, sus propias
edificaciones garantizan la continuidad y el movimiento del agua dentro de su
rivera.
Una empresa se gobierna inicialmente por la continuidad y el
movimiento de su personal, puede emular la longevidad y la fuerza del río.
La empresa viviente es una empresa río. En cada organización
los directores consideran la optimización del capital no más que un
cumplimiento necesario para la optimización del personal. Para construir una
empresa que sea rentable y viva por mucho tiempo, los directores deben
preocuparse por crear una comunidad.
Los procesos son un ámbito para definir membresías, establecer
valores comunes, reclutar gente, desarrollar a los empleados, valuar el
potencial individual, alentar para realizar un contrato humano y establecer políticas
para salidas amables de la empresa.
Sobre todo, en la empresa viviente, los miembros saben
"quienes, somos nosotros", y están conscientes que tienen valores
comunes. Ellos saben la respuesta a la pregunta definitiva acerca de la
identidad de la corporación. ¿Por qué valemos? Como sea, no se puede vivir
con los valores de la organización, que no puedan o no deban ser de sus
miembros. El sentimiento de pertenencia debe jalar parejo hasta los miembros más
diversos de la empresa. En la empresa viviente, la esencia de los contratos
enfatiza en la confianza mutua. Los individuos comprenden que, a cambio de su
esfuerzo y compromiso, la empresa puede ayudarlos a desarrollar su potencial.
El dinero no es considerado como motivador positivo en la
empresa río. Si el dinero es insuficiente, las personas se sentirán
insatisfechas, agregar dinero sobre el umbral de suficiencia de pago no motivará
a la gente para dar más a la organización. Antes de dar más, la gente
necesita saber que la comunidad está interesada en ellos como individuos y
ellos mismos necesitan estar interesados en el destino de la empresa.
Ambos la entidad y el individuo, necesitan preocuparse más uno
acerca del otro.
Parte del cuidado es estar seguro de que la gente entra y sale de la empresa con
el entendimiento correcto. Aquellos reclutados son evaluados más con base a su
identificación con los valores y principios de la empresa, como también en su
capacidad para llenar los requisitos técnicos del trabajo. La gente es
contratada en una empresa viviente con el entendimiento que están ahí para
desarrollar su potencial. Esto no significa tener un contrato de por vida. Si
las personas no pueden con el peso o no comparten los valores de la comunidad,
deben cambiarse. Y cuando alcancen cierta edad será tiempo de marcharse.
El líder en una empresa viviente es lo contrario de esa
representación en la vieja caricatura de 12 miembros de la alta directiva geriátrica
diciendo sí con la cabeza poco a poco al presidente, quien está proponiendo
extender la edad de jubilación por un año.
Un beneficio de las estrictas normas de salida, es que la
dirección se vuelve el camarero de barco. Simplemente de la manera como tu te
encargaste de alguien, pasaras la batuta a alguien más, la tolerancia de la
empresa dependerá de que tan buen camarero fuiste.
Muchos accionistas y la alta gerencia, no están interesados en
construir un trabajo en comunidad para la autoperpetuidad de la empresa.
Prefieren tener a la compañía como una máquina para hacer dinero en beneficio
del círculo interno. Esa es una alternativa legítima, pero aquellos que toman
esa alternativa se dan cuenta de que no es una comida gratis. Más y más
empresas trabajan en un mundo que no controlan. Las oportunidades de que una
organización pueda influenciar en el mundo de hoy con sus beneficios se reduce
cada día -como los bancos, las compañías de seguros, de telecomunicaciones y
manufactureras de software, lo están descubriendo. ¿Por qué?.
Porque la competencia global forza a las organizaciones a
moverse de su territorio nacional o internacional, a un territorio menos
familiar. Hasta las compañías que no crecen encuentran al mundo exterior
invadiendo su espacio. En la Villa Global, está incrementándose la dificultad
para encontrar nichos u ocultarse tras las barreras. En el corto plazo, las
riesgosas máquinas de hacer dinero están convirtiéndose en especies en
peligro de extinción capaces de vivir únicamente en parques nacionales
protegidos.
Viviendo, las empresas se colocan en una mejor oportunidad de
sobrevivir y evolucionar en el mundo que ellas no controlan. Ellas son más
sensibles, especialmente porque su éxito ahora depende más de la movilidad de
su inteligencia de empresa y de que tan dispuesta están para ello. Los altos
niveles de tolerancia inciden en la empresa viviente para crear más espacio
para la innovación y el aprendizaje. La creación de este espacio es vital para
la riqueza intelectual.
En empresas con activos de bajo precio como las firmas legales y
de contabilidad, las de tarjetas de crédito, y las compañías de servicios, su
éxito depende de la calidad de su comunidad interna. Pero aún las viejas
clases de compañías de activos ricos, tales como las petroleras y
manufactureras de automóviles, necesitan mucho más conocimiento centrado en
sus productos y servicios, ahora más que hace 20 años.
La empresa viviente, mantiene una mejor oportunidad de vivir más,
de reducir la brecha entre el promedio y la máxima expectativa de vida de las
corporaciones. Pero, ¿Por qué nos importa eso? Porque la muerte de las
empresas no existe sin costos, tanto empleados, proveedores, contratistas,
comunidades e inversionistas, todos sienten la gran pérdida.
Arie de Geus. “The Living Company”. Edit:Harvard business Review
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